Yo nací en una familia bahá'í. Claro, alguien puede decirme -eres bahá'í por tradición familiar... Pero no, y esa es mi razón número Uno.
Desde muy pequeña asistí a las Clases de Niños. ¡Las esperaba ansiosa durante la semana! Y cada domingo iba a la Sede Bahá'í donde gente muy dulce nos enseñaba sobre la Fe.
Una de las características de las Clases de Niños bahá'ís es que aprendes sobre la vida de todos los Profetas de Dios. Aprendí a amar al Siddharta -Buda-, y a enfrentar con Él la realidad que Su padre le escondía... Comprendí el amor y la fe de Abraham al tomar la dura decisión que Dios le había propuesto para probarlo. Amo a Jesucristo, como una Manifestación Divina que es Amor y Humildad. Y así como a ellos, Zoroastro, Krishna, Moisés, Muhammad, El Báb, "La Puerta" y Bahá'u'lláh: "La Gloria de Dios".
Gracias al privilegio de conocer sobre la vida y enseñanzas de las Manifestaciones Divinas, es imposible no sentir amor hacia ellas, y de aquí parte un principio fundamental para los bahá'ís: LA LIBRE INVESTIGACIÓN DE LA VERDAD.
Siempre tuve claro que la diferencia entre una Manifestación de Dios y otra no radica en Su concepto de Dios, de amor a la humanidad ni de la necesidad de ser buenos por sobre todo. Esas dierencias -las que a veces nos lleva a discutir en Su Nombre por ignorancia- se basan en las leyes sociales, que por supuesto cambian en función del tiempo cronológico... ES EL SER HUMANO EL QUE CAMBIA, NO SU CREADOR.
Como bahá'í, amo y agradezco la posibilidad de tomar mis propias decisiones y asumirlas de manera responsable. Al cumplir mis 15 años estuve ya en la posibilidad de decir -quiero ser / o no quiero ser bahá'í. Y nadie podía obligarme a cambiar de opinión... Porque como bahá'í soy libre de creer en lo que más llena mi corazón y alimenta mi alma.
la Verdad en cualquier punto del horizonte en que se levante! Entonces comprenderéis que si la Luz Divina de la Verdad brilló en Jesucristo, también brilló en Moisés y en Buda. El buscador fervoroso llegará a esta verdad. Esto es lo que significa la "Investigación de la Verdad ".
Desde muy pequeña asistí a las Clases de Niños. ¡Las esperaba ansiosa durante la semana! Y cada domingo iba a la Sede Bahá'í donde gente muy dulce nos enseñaba sobre la Fe.
Una de las características de las Clases de Niños bahá'ís es que aprendes sobre la vida de todos los Profetas de Dios. Aprendí a amar al Siddharta -Buda-, y a enfrentar con Él la realidad que Su padre le escondía... Comprendí el amor y la fe de Abraham al tomar la dura decisión que Dios le había propuesto para probarlo. Amo a Jesucristo, como una Manifestación Divina que es Amor y Humildad. Y así como a ellos, Zoroastro, Krishna, Moisés, Muhammad, El Báb, "La Puerta" y Bahá'u'lláh: "La Gloria de Dios".
Gracias al privilegio de conocer sobre la vida y enseñanzas de las Manifestaciones Divinas, es imposible no sentir amor hacia ellas, y de aquí parte un principio fundamental para los bahá'ís: LA LIBRE INVESTIGACIÓN DE LA VERDAD.
Siempre tuve claro que la diferencia entre una Manifestación de Dios y otra no radica en Su concepto de Dios, de amor a la humanidad ni de la necesidad de ser buenos por sobre todo. Esas dierencias -las que a veces nos lleva a discutir en Su Nombre por ignorancia- se basan en las leyes sociales, que por supuesto cambian en función del tiempo cronológico... ES EL SER HUMANO EL QUE CAMBIA, NO SU CREADOR.
Como bahá'í, amo y agradezco la posibilidad de tomar mis propias decisiones y asumirlas de manera responsable. Al cumplir mis 15 años estuve ya en la posibilidad de decir -quiero ser / o no quiero ser bahá'í. Y nadie podía obligarme a cambiar de opinión... Porque como bahá'í soy libre de creer en lo que más llena mi corazón y alimenta mi alma.
'Abdu-l-Bahá
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