jueves, 29 de diciembre de 2011

El verdadero significado del bautismo con agua y fuego


En el Evangelio según San Juan, Cristo ha dicho: "A menos que el ser humano nazca del agua y del Espíritu, no podrá entrar en el Reino de los Cielos." Los sacerdotes han interpretado esto en el sentido de que el bautismo es necesario para la salvación. En otra parte del Evangelio se dice: "Él os bautizará con Espíritu Santo y con fuego."

¡Y así, el agua del bautismo y el fuego son una misma cosa! Ello no puede significar que el "agua" de la cual se habla sea agua física, por cuanto es el opuesto directo de "fuego", y una destruye al otro. Cuando en los Evangelios Cristo habla de "agua" se refiere a aquel agua que es causa de vida, pues sin agua ninguna criatura en el mundo puede vivir; los minerales, los vegetales, los animales y el ser humano, todos dependen del agua para su misma existencia. Los últimos descubrimientos científicos nos demuestran que incluso los minerales poseen alguna forma de vida, y que también necesitan agua para su existencia.

El agua es la fuente de vida, y cuando Cristo habla de agua, simboliza aquello que es la causa de la Vida Sempiterna.

Este agua de vida a la cual Él se refiere es como el fuego, por cuanto éste no es más que el Amor de Dios, y este amor significa vida para nuestras almas.

Con el fuego del Amor de Dios se quema el velo que nos separa de las Realidades Celestiales, y así con una visión clara estaremos capacitados para esforzarnos en nuestro camino hacia lo alto, progresando constantemente en los senderos de la virtud y la santidad y convirtiéndonos en los instrumentos de luz para el mundo.

¡No hay nada más grande ni más sagrado que el Amor de Dios! Da salud al enfermo, bálsamo al herido, alegría y consuelo al mundo entero, y sólo a través de él puede el ser humano alcanzar la Vida Sempiterna. La esencia de todas las religiones y el fundamento de todas las enseñanzas sagradas es el Amor de Dios.

Fue el Amor de Dios el que guió a Abraham, a Isaac y Jacob, el que fortaleció a José en Egipto y concedió a Moisés valor y paciencia.

Por medio del Amor de Dios, Cristo fue enviado al mundo con su inspirador ejemplo de una vida perfecta de autosacrificio y devoción, trayendo a todo el mundo el mensaje de la Vida Sempiterna. Fue el Amor de Dios el que otorgó a Mu¥ammad el poder de conducir a los árabes desde el estado de degradación animal en que se hallaban hacia una existencia más elevada.

El Amor de Dios sustentó al Báb y le condujo a su sacrificio supremo, haciendo de su seno la diana anhelante de miles de balas.

Por último, fue el Amor de Dios el que trajo a Bahá'u'lláh a Oriente, y el que ahora está extendiendo la luz de sus enseñanzas hasta los confines de Occidente, y de polo a polo.

Por tanto, os exhorto a cada uno de vosotros a que, comprendiendo su poder y belleza, sacrifiquéis todos vuestros pensamientos, vuestras palabras y acciones para llevar el conocimiento del Amor de Dios a todos los corazones.

Tomado de "La Sabiduría de Abdu'l-Bahá"

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