domingo, 27 de diciembre de 2009

Sobre Mofsed fel-Arz: propagar la corrupción sobre la tierra

  • Geoffrey Cameron

    Un año después del arresto y encarcelamiento de los siete líderes bahá’ís [este artìculo fue publicado el 20 de mayo de 2009] (los Yaran, o “Amigos”) de Irán, el Gobierno todavía no ha formulado acusaciones formales contra ellos. Sin embargo, sus familiares afirman haber recibido noticias de que se les podría acusar de “Mofsed fel-Arz”, que significa “quien se dedica a propagar la corrupción sobre la tierra” y que conlleva a la pena de muerte. Esta nueva acusación no oficial difiere de las que el Fiscal General de Irán les achacó el 10 de febrero de 2009: espionaje para Israel, insultos a las autoridades religiosas y propaganda en contra de la República Islámica. La acusación de “propagar la corrupción sobre la tierra” tiene una historia escalofriante y debería alertarnos del grave peligro que corren las vidas de los líderes bahá’ís.

    El significado de “Mofsed fel-Arz”

    ¿Qué significa “Mofsed fel-Arz”? En su uso coránico, significa “condiciones corruptas, causadas por no creyentes y gente injusta, que amenazan al bienestar social y político”. Mientras que antes el término hacía referencia a las ideas tradicionales islámicas relacionadas con el pecado, Ayatollah Khomeini los transformó en una herramienta del estado islámico para arremeter contra sus aparentes enemigos.

    En su primer libro en persa, Khomeini escribió (condenando al clero modernista): “El gobierno musulmán debería evitar la expansión de tales ideas ilegales y heréticas y ejecutar en público y en presencia de todos los creyentes verdaderos todos estos provocadores que propagan la corrupción sobre la tierra”. En otra parte, enfatizaba que el gobernador justo debería “subordinar a los individuos a los intereses colectivo de la sociedad” erradicando a “numerosos grupos que eran una fuente de corrupción y de mal”, tal y como el Profeta Muhammad había “eliminado” a los judíos de Medina.

    Una acusación antirrevolucionaria

    Lo que hace que la acusación de “propagar la corrupción sobre la tierra” sea especialmente alarmante es que nos recuerda a los primeros tiempos de la Revolución. Se usó principalmente como excusa para ejecutar a cientos de miembros del anterior régimen del Shah (altos cargos y jefes militares). Es la acusación que se formuló contra el hasta entonces Primer Ministro Amir-Abbas Hoveida en un juicio infame, en el que pasó los últimos minutos de su vida debatiendo el significado legar de “Mofsed fel-Arz”, antes de que el juez lo declarara culpable y ordenara que lo ejecutaran unos minutos más tarde.

    La base de datos electrónica Omid de violaciones de los derechos humanos en Irán registra más de 300 personas ejecutadas por “Mofsed fel-Arz”. La mayoría estaban afiliados al régimen del Shah y sólo ha habido un puñado de ejecuciones bajo esta acusación durante los últimos 20 años. La Comunidad Internacional Bahá’í afirma que también se usó contra bahá’ís que fueron ejecutados a principios de los años 1980. Las acusaciones que se imputaba a los bahá’ís no se solían hacer públicas en aquellos casos, así que es difícil descubrir más detalles de las circunstancias de los casos (aunque la naturaleza arbitraria de la justicia revolucionaria y la campaña dirigida contra los líderes bahá’is a menudo hacían que el contexto fuera prácticamente irrelevante).

    Los casos de otras personas a las que ejecutaron por este cargo, sin embargo, nos dan datos sobre cómo se usaba. Ayatollah Sadeq Khalkhali, uno de los jueces más activos en la aplicación de “propagar la corrupción sobre la tierra”, lo definió así en sus memorias:

    Un propagador de la corrupción sobre la tierra es una persona que contribuye a esparcir y expandir la corrupción en la tierra. La corrupción es lo que lleva al declive, la destrucción y el desvío de la sociedad de su (verdadera) naturaleza. La gente a la que ejecutamos se había esforzado en esparcir la corrupción y la prostitución, distribuyendo heroína y opio y exhibiendo comportamientos licenciosos, ateísmo, asesinatos, traición, engaños: en suma, todas estas cualidades viles. Los problemas de esta gente se agravaron al no arrepentirse cuando vieron la revolución del pueblo.

    Khalkhali se refería a los que sentenció a muerte bajo las acusaciones de “traidores” que “destruyen la sociedad”.

    Uso reciente de “Mofsed fel-Arz”

    Los casos recientes en los que se ha imputado a los acusados por “propagar la corrupción sobre la tierra” han resultado en ejecuciones. El mes pasado, la agencia oficial de noticias IRNA informó de que habían ahorcado a tres hombres (dos de ellos estudiantes) a las afueras de Shiraz y de que se habían confirmado sus acusaciones de “conspiración para derrocar al gobierno”. Los condenaron por haber llevado a cabo el ataque de noviembre de 2008 con una bomba a una mezquita de Shiraz y los acusaron de tener relaciones con Estados Unidos.

    Un acontecimiento alarmante

    La acusación de “Mofsed fel-Arz” tiene precedentes e implicaciones escalofriantes en Irán y debería preocuparnos gravemente que haya intenciones oficiales de aplicarla a los líderes bahá’ís encarcelados. Implica conspiración colectiva, corrupción moral y colusión con extranjeros para minar la República Islámica y todas estas están entre las acusaciones infundadas que se ha achacado a los bahá’ís en el pasado. Es aún más preocupante que la acusación conlleve la pena de muerte.

    Los juicios justos no son comunes en Irán y no se conoce a los jueces por su neutralidad, especialmente cuando se trata de decidir en casos en los que acusaciones tan opacas hacen que la fiabilidad de las pruebas sea igualmente confusa. El hecho de que todavía no se haya permitido a estos bahá’ís reunirse con su abogada, (La premio Nobel de la paz) Shirin Ebadi, no es señal de un buen proceso judicial.

    Esta nueva acusación contra los bahá’ís requiere que los gobiernos y ciudadanos que se solidarizan con los líderes bahá’ís encarcelados agudicen su atención. Es un acontecimiento alarmante y un recordatorio aterrador de las intenciones siniestras del gobierno.

  • REF.: IPW

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